Lo que no veis
Lo que no veis
acude
a husmear la sangre
del animal herido en la cacería
de la luz.
Lo que no veis
se estremece en un pálpito
anudado
a la zona horaria
de los recuerdos indelebles.
Muerden
un día tras otro
la piel de la utopía
sus dientes funerarios.
Lo que no veis
desembarca en los calabozos
de la soledad,
declara
el estado de sitio a mis pupilas
y azuza
uno a uno
a los pájaros anestesiados que pueblan
las arterias de mi voz,
desintegrándolos
en un delirio de palabras.
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