lunes, 28 de septiembre de 2015

Pan de aire


Pregunté a la noche por mi ceguera:
di, noche,
¿cuántos duelos puede pesar una sola sombra? 
Mira
este hígado nevado por la muerte,
este corazón cercenado por tijeras
de olvido.
No sé soñar,
olvidé en mi entierro la letanía
de los volcanes.
No, no sé soñar.
La lucidez ata mi cintura a su talle de fieltro,
incrusta su cerebro en mis sandalias.
Sin embargo
puedo rezarle un credo a la locura
sin despeinar el silencio;
hablar un dialecto de alas
con la voz de mi voluntad.
Alimenta este no-sueño, noche,
este tierno pan de aire
amasado con harina
de relámpagos.










sábado, 12 de septiembre de 2015

Blanco



Me mira,
y sus ojos son ácidos,
y perforan la atronadora noche
de mi aliento.

-¿Qué tienes?
¿qué color se dispone a violar
mi pureza?
¿qué duelo te menciona?
Vienes a mí armada de puñales
de humo, de costrosas raíces.
Enciendes un fuego redentor
en mi vientre.
Me hieres con baladas de llanto.
Perros de tinta husmean
en mi blancura.
¿Qué tienes, Soledad?
¿Quién eres hoy?
Sólo yo reconozco las desinencias
de tu Voz.
Sólo yo puedo interpretar
el volcánico lenguaje
de tu Sombra-.