domingo, 21 de enero de 2024

CIELO ROJO

 


Víspera del Adiós.


No percibimos

hundirse el mundo

bajo nuestros pies,

        aunque el tiempo afilara sus agujas

en el agrio cemento de la tarde.

No vislumbramos el cuchillo letal

de la evidencia 

       asomar en los labios

del destino.


De pronto,

nuestro universo se envenenó 

        de blanco:

un blanco intenso y cegador 

heló la sangre

de la pálida habitación.

Las frías sábanas,

como cuerdas feroces,

aprisionaron tu cuerpo

destruido.

El tiempo conspiraba 

contra mí.

Fustigaba a las bestias del vacío

que trataban de raptar tu  corazón

hasta precipitarlo en el abismo.

La noche se vistió

de hielo y sangre.

El agudo lamento del teléfono

rasgó la temible madrugada...


No, no te irás,

Te quedarás 

        en este cielo rojo

como ráfaga de  luz petrificada

en un mágico rincón de mi memoria.


No te irás,

desconocido hermano.

Te nombraré 

y  florecerá, de nuevo,

la sempiterna llama

del recuerdo.

       

 



sábado, 16 de septiembre de 2023

Vórtice

 


Duerme un sueño profundo, Naiarel.

No tengas fe

en la aparente dulzura de la noche.


En los oídos del silencio

zumban sin tregua las moscas

de la duda

y por tu piel se filtra la sangre

de mil interrogantes.

Amanece.

Un hombre perfila su destino.

Camina con paso decidido

hacia el precipicio que talló con sus manos.


Sabes, Naiarel,

Hoy

nadie mira a los ojos de nadie.

Las palabras nunca pronunciadas

son ríos sin algas, sin peces ni memoria;

globulos muertos

que desembocan en el mar

de un smarthphone.

Arden las evidencias

en las piras doradas de algún sueño virtual.

Las herejías se enroscan al cuello

de los crédulos.


Hermanos, hermanas,

¿Qué debemos creer

si se prostituyen todas las palabras?

¿No contestáis?...

-La cal de sus sonrisas oculta

las tinieblas-

El tiempo es un espejo deforme,

un vórtice infinito.

Creación y destrucción se funden

en un eterno abrazo.


Todo esto que te digo, Naiarel,

entiérralo

bajo la capa de alquitrán

de tu vientre.

No esperes nada de nosotros.

No preguntes

¿Adónde me lleváis?


¡Calla!

Teje sobre la Nada una hilera de estrellas.

Acuna mis temores.

No desates incendios con tus ojos abiertos.



domingo, 27 de agosto de 2023

NAIAREL

 


¿Quién te ha dicho mi nombre?

¿Qué oscuro signo trazó tu voluntad?

¿Quién te ha dicho mi nombre?


Responde, tú que arrastras un infierno de arena

a tus espaldas;

tú, que dejaste atrás tu desgarrada infancia

persiguiendo una luz

inconcebible

y arrancaste al océano su desatada rabia

hasta desfallecer entre mis brazos.


¿Quién te ha dicho mi nombre?


Mi nombre es Naiarel

y se pierde en la noche de los tiempos.

He parido a millones de hijos, los he visto crecer,

perderse a diario por calles ojerosas

buscándose en el aire.

Puedo hablar el idioma de la sangre

y comprender el lenguaje del silencio.


Naiarel es mi nombre.

En mi corazón enloquece la cordura.

Nada tengo para ti,

salvo un mísero mendrugo

de existencia.

Nada que permita cuajar en tu mano

un pedazo de nube pasajera.


Pero, si lo prefieres, si has venido hasta aquí

para sobrevivir a la derrota

bebiendo de mis ubres polvorientas,

has de saber primero

que el Paraíso lo inventó un ángel hundido

en el infierno de su soledad.








sábado, 26 de agosto de 2023

Flor de sal

 


Dices

 que secuestró mi voluntad 

el grito

de un animal oscuro

vitrificado en un pozo de silencios.

Que sirenas de fuego y espejismos

se apoderaron de la luz

de mi garganta.

Que he crecido y vivido únicamente

en una tumba construida

con la piel de todos mis poemas.


Te preguntas

cómo sobrevivir al suicidio

de todas las libélulas.

Por qué no nos estallan los pulmones

en cada acometida

de los cuchillos del amanecer.

¿Acaso no sabes la respuesta?

tú, mi terrible y dulce gemelo

del abismo,

el intérprete más fiel de mis demonios.


Intuyo luminarias germinando

bajo el pérfido barro cotidiano,

flores de sal ocultas entre la áspera capa

de un pensamiento pétreo;

amaneceres

que excarven en las venas

de nuestra imperturbable soledad.


Dime 

si no has buceado jamás

entre olas marchitas para sentirte vivo,

tú, que existes únicamente 

para tu flor de sal,

tú, 

que alimentas a diario su inmaculada sombra

con hogueras de amor

hecho poemas.

viernes, 7 de julio de 2023

El advenimiento de las oropéndolas

 


                      


Bienvenidos,

ángeles del asfalto.

Bajad de las acuosas nubes,

posaos sobre la tierra desnuda,

mirad nuestros sedientos ojos.

Venid, gentiles lobos, 

venid.

No hurguéis en las vísceras del miedo,

amparaos

en la dulce ceguera 

de los pobres humanos

que os aguardan.

Lobos benditos

que sacrificáis vuestros intereses inmediatos

en pos del bien común:

salvadnos de este pálido universo.

Mi mente se postra ante el dominio

de vuestras fustigantes diatribas.

Ha llegado el momento de blandir

las espadas.

Afilad el veneno sagaz

que escupen vuestras taimadas lenguas.

Ensayad bien los gestos, la sonrisa

forzada;

dosificad las palabras

que os llevarán

a los opacos cielos

de algún importante ministerio.

Pactad con el diablo,

si es preciso.

La verdad absoluta es un mito

desintegrado en el espacio-tiempo.

Tunead, pues, la realidad, hasta adaptarla

como un guante a vuestros dedos.

Quien azuze a los monstruos atávicos

que subsisten en los abismos

de la mente,

ganará la batalla.

Alzad una verdad a medias como enseña;

triturad todo razonamiento que se abstenga

de caer en vuestras bien urdidas

redes

y, cuando llegue el momento crucial,

guiad a este rebaño incrédulo

y manso

al redil adecuado.

Dadle de beber la bienaventurada anestesia

de una incipiente fe

en el advenimiento de las oropéndolas,

y disfrutad de un opíparo festín

con nuestras endebles esperanzas.


sábado, 22 de abril de 2023

ENJAMBRE

 

 

Se extienden las ojeras de la noche

sobre las aceras pusilánimes

Te crees despierta;

saltas de un pseudosueño

a otro

para no diluirte con las sombras,

acatando, sumisa, 

la impertinente orden

del reloj

que nada sabe del tiempo

y sus arcanos.


Zumban los coches

por las grises arterias

de una ciudad insomne.

Un ejército de acelerados zombies

teje la red neuronal

de la mañana.


El hospital aguarda

la estampida.

Un aséptico y puntual enjambre

cubre casi todas sus estancias.

.

El rumia sus demonios en silencio

-hoy te adormecen en una fría cama.

Sesión de quimio:

oscuro, impredecible alimento para el cuerpo.

El metal de la duda clavará en tus costillas

mil preguntas.

Una prueba tras otra, una aguja tras otra

alfiletea tu voluntad maltrecha.


Almas que palidecéis en los fríos pasillos

de la espera,

que os aferrais con uñas y dientes

a una palabra en llamas,

olfatead los huesos de algún sueño

quebrado

si se prolonga un instante-eternidad

la incertidubre.


Yo quise ser ajena a vuestra lucha;

esconder mi cabeza entre renglones

y facturas, y cobros,

...y poemas

Se enlazó mi adn con el whisky

del abismo;

desde entonces,

soy un ángel guardián de carne

y sombra,

una pieza de acero

y porcelana

de este absurdo engranaje

tejido por las manos

del destino.