jueves, 4 de diciembre de 2014

Enjaular una sombra


Mujer, no lluevas tanto,
no escarbes bajo la ternura
con un guante de piedra.
El día aún
conserva el apellido del sol.
No pretendas
enjaular una sombra,
alimentarla de amarillo
hasta que su canto palidezca
y su apolillado corazón
inicie un vuelo caducado.

-No soy yo,
son mis genes de árbol
enraizando al Origen-

No vuelvas a sembrarte
uñas de adolescencia.
Tienes edad de tierra
en la mirada.
Una losa en los gestos.
No dejes que tu alma atraviese tu lengua,
que otros ojos mastiquen sus entrañas.
¡Despierta!

-No puedo,
el viento arrastra mi cordura hacia el río.
La despeino con mis manos azules
y dejo que los peces devoren sus espinas
de seda y humo
y salten por las ventanas
del tiempo y el espacio,
y trepen por mis lágrimas,
y sueñen
con enjaular el vuelo
de esta sombra que sueña-.













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