Mujer,
no lluevas tanto,
no
escarbes bajo la ternura
con
un guante de piedra.
El
día aún
conserva
el apellido del sol.
No
pretendas
enjaular
una sombra,
alimentarla
de amarillo
hasta
que su canto palidezca
y
su apolillado corazón
inicie
un vuelo caducado.
-No
soy yo,
son
mis genes de árbol
enraizando
al Origen-
No
vuelvas a sembrarte
uñas
de adolescencia.
Tienes
edad de tierra
en
la mirada.
Una
losa en los gestos.
No
dejes que tu alma atraviese tu lengua,
que
otros ojos mastiquen sus entrañas.
¡Despierta!
-No
puedo,
el
viento arrastra mi cordura hacia el río.
La
despeino con mis manos azules
y
dejo que los peces devoren sus espinas
de
seda y humo
y
salten por las ventanas
del
tiempo y el espacio,
y
trepen por mis lágrimas,
y
sueñen
con
enjaular el vuelo
de
esta sombra que sueña-.
Hacen volar tus versos Rosa, entre tan bellas metáforas.. Un placer tu poesía !!! Saludo.
ResponderEliminarGracias, Carlos. Un abrazo.
ResponderEliminarHermosos versos!!!
ResponderEliminarMuchas gracias.
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