miércoles, 1 de enero de 2014
Leda
Quiebra tu canto, Leda
¿No has sentido arder el fósforo
de la luna en tu lengua?
Traedme el hígado de un sueño - dijiste-
encended
una voz en el aire
que purifique el dolor del acero.
Acercadla
a mi pecho de nimbo,
que esta sangre de lluvia
alimente
su caudal insondable.
Y un arpegio de fuego
se anudó a tu garganta
y conjuró con su canto
la raíz de la nieve.
Y el cisne
acudió con su escolta de juncos,
con su tropel de liendres aladas
a mecerse en la sinapsis del hambre,
a beberse la absenta de la luz
a revestir con espejos volátiles
el esqueleto de la desolación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario