El
pelo ensortijado de abismo
un
pájaro flechado en la mirada
caminaba
la bruja
bajo
las criptas del cielo.
El
mar le servía cada noche
una
espuma de enigmas
-si pudieses rodar
si
tu cuerpo no fuese este son intangible
que
murmura promesas de sombra
y
al instante fallece,
tal
vez podría
descifrar
las estrellas que alojas
los
cristales que ahogan tu espíritu de agua -
El
mar se despedía del amor
de
la tierra
dejando
su esqueleto de espuma
y
la bruja hundía sus barcos de humo
en
un bosque insondable
peinaba la noche con sus manos
silenciaba los abortos del tiempo,
las grietas del silencio
las
llenaba de salmos.
Y
el mar
y
sus golpes azules
el
mar
y
sus oscuras sirenas
seguían
navegando en el eco del viento
impactando
su voz en la luna dormida,
insertando
preguntas de fuego
en
la gélida paz
de
la bruja.
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