lunes, 30 de marzo de 2015
Amargo amor
Dame un abismo,
bello cadáver.
Albérgame.
Este es tu anillo:
mi odio.
Este es mi pacto:
tu cuerpo por mi sangre.
Te quise nunca,
sombra me amaste siempre,
hueso de despedidas,
amarillenta latitud de lágrima.
Alcemos al cielo esta locura.
Amargamente brindemos, odiado amor,
brindemos.
Toma mi copa y bébeme la vida
que se me fuga a lomos de versos
nunca escritos.
Yo te entrego, Poema, las falanges que duelen
de golpearse a diario
contra la escarcha de los verbos trágicos,
esta rutina mía de pequeños suicidios,
mis inútiles ansias
de no amarte.
sábado, 28 de marzo de 2015
Tus manos
Esta holgura de la distancia me llueve a cántaros.
Este vaso de ausencias
es un manto de hielo cubriendo los dilatados trayectos
de oquedad
dibujados en las palmas de mi nombre.
Solo tus manos me salvan de esta pálida cárcel cotidiana.
Creo en ellas, son dogma donde la tierra y el fuego se aquilatan
y pronuncian el latido de una verdad dictada en la epidermis.
Y mis valles se inclinan a besarlas,
y las montañas tiemblan bajo la dictadura
de su canto,
y hay un ave apresada en los extraños pliegues de mis nidos
que aprendió a reconocer los bosques
de tu boca.
Tus manos me bautizan a golpe de caricia;
tus manos, que saben pronunciar como nadie
el idioma rojo del amor,
cortan un traje de fuego
a mi medida,
un paisaje
donde expandir los mapas de tu piel
y hacerse mi numen,
mi religión,
mi única patria verdadera.
martes, 24 de marzo de 2015
La dama-orquídea
Es la hora proclive a la razón desaliñada,
la hora del te para la sombra que elude la materia fugaz,
la hora de agacharse a contemplar el llanto de los dedos.
Las paredes se contraen al sentir su pie izquierdo
sobre el cuello arrugado
de la noche;
amarillean sin remedio los espejos
cuando la dama-orquídea
va arrojando al vacío sus fragmentados pétalos;
se hace un ovillo negro con la simiente de su desnudez
y se tiende a soñar bajo la luna del aliento fértil,
hasta que los murciélagos de la luz acudan al festín
y devoren
a las moscas azules que cayeron en las grietas profundas
de su alma.
sábado, 21 de marzo de 2015
Vuelos
No
creo en el azar.
Lo
supe
cuando recogiste
los pedazos de sol
que
me estallaron en las manos
un
invierno de octubre
e
hiciste con ellos un pan a la medida
de
mi hambre.
No
creí en el azar
cuando
el
reptil que trepó por las sienes nevadas
del
Nunca
deshizo
el nudo trabado en la lengua del pájaro
crecido
de la noche;
el
pájaro
que
regurgitó la luz
apelmazada
en la materia gris
del
cielo.
Siempre
supe
que
no fue casual el suicidio de las luciérnagas:
era
preciso intuir
una
luna más honda sobre el agua dormida.
Sentir
que pisaba las máscaras al latido
de
un verso;
que
cuantas muertes pueden sobrevivirnos
boicotean el quebradizo destino
de la arena.
He
puesto ya casi todas las piedras, amor; estoy amasando
ahora
las palomas que encuentro en el camino:
al
pie de todas las espinas,
germinando
en las colmenas del iris,
anidando
en el beso,
desafiando límites,
mientras
tú, sin saberlo siquiera,
vas
tejiendo mis alas.
martes, 17 de marzo de 2015
Desnuda
Mejor así,
desnuda bajo las alambradas.
Que la máscara de la piel enrojezca y delate la savia del sauce.
Que se tiña tu sangre del color del espíritu.
Así te quiero , floreciendo,
dializando la sombra;
colocando
tu dedo en mi orgullo,
tu garganta en mi pena.
Martilleando mis clavos con acero
de nubes.
Si te acojo en mi seno
te infectarás de pánico;
solaparás tu oquedad
con huesos de luciérnagas.
Si te abrazo
mentirá tu blasfema sonrisa,
no me seducirán tus hilos de quimera
- tela de araña para los incautos -
Así es como te amo,
palabra,
desnuda de prejuicios,
trepando por muros de misterio;
así puedo saberte Tú
flotar en las tinieblas del ser
reconocerme en ti, espejo de temblor;
colocar bajo tu derruido corazón
la porosa piedra de mis lágrimas.
viernes, 13 de marzo de 2015
La luz intuida
Podrían caber miles de espectros en un verbo solo,
larvados azules gestándose
como un dios alado
de pálpitos,
pero prefiero las oscuras notas de un mar
intuido
donde los violines afinan su llanto sobre arcos
de ausencia;
el temblor de un gesto apenas esbozado
en los pliegues del tiempo.
Podría encender con tu nombre
futuros inviernos,
derrocar
las entrañas agrias del gris cotidiano,
desgarrar con uñas de luz
la noche más densa...
pero la cordura se sienta a esperarme
tras los ecos rotos,
sostiene con térreas manos la flor
decapitada y el sueño
suicida y yo veo en sus ojos mis barcos
hundiéndose.
Nombro mi país
la luz intuida,
allí arden los nombres y los versos
vírgenes sangran
dentro de su lágrima,
sin haber rozado la piel del poema.
Allí me contemplo, me mato, renazco
en partos intensos
de promesas albas.
miércoles, 11 de marzo de 2015
La bruja y el mar
El
pelo ensortijado de abismo
un
pájaro flechado en la mirada
caminaba
la bruja
bajo
las criptas del cielo.
El
mar le servía cada noche
una
espuma de enigmas
-si pudieses rodar
si
tu cuerpo no fuese este son intangible
que
murmura promesas de sombra
y
al instante fallece,
tal
vez podría
descifrar
las estrellas que alojas
los
cristales que ahogan tu espíritu de agua -
El
mar se despedía del amor
de
la tierra
dejando
su esqueleto de espuma
y
la bruja hundía sus barcos de humo
en
un bosque insondable
peinaba la noche con sus manos
silenciaba los abortos del tiempo,
las grietas del silencio
las
llenaba de salmos.
Y
el mar
y
sus golpes azules
el
mar
y
sus oscuras sirenas
seguían
navegando en el eco del viento
impactando
su voz en la luna dormida,
insertando
preguntas de fuego
en
la gélida paz
de
la bruja.
lunes, 9 de marzo de 2015
Las últimas gotas...
Las últimas gotas de sombra
las niega el sol
son un vestido demasiado denso
para filtrar la paz
un grito demasiado opaco
para ventilar tanta negrura
Las últimas gotas de sombra
van a morir al mar
de mi lamento
como un cadáver de plomo
como un eco de cristales
en los ojos
Electrones de temor chocando
contra muros de silencios
sin tiempo
Las últimas gotas
forman una costra de acero
en las llanuras de mi fe
Y no
Prefiero mil veces
la certeza del apocalipsis
o desangrarme
con una rosa en la cresta
de mis labios
Prefiero que las palabras
me anuden a los acantilados
del vértigo
y arrojen la ceniza de un poema
sobre la hirviente Nada.
Prefiero que me salven
nombrándome
paloma fuente luz
...o nieve.
jueves, 5 de marzo de 2015
Casandra
Percibo un odio amarillo en la sonrisa
de Dios
-Tengo un regalo para ti, hija mía,
aquí
bajo la lengua del sol
en las papilas donde nidifican las alondras
y las flores perfuman los sueños
de los mártires.
- Dime Casandra,
¿en cual de mis cuatro manos
guardo el puñal?
He aquí mi pecho desnudo,
sin dobleces ni ratones de ira,
a la medida de todos los cuchillos;
a la medida
de los agujeros negros de tu alma.
Todos los días
escucho
un redoblar de gusanos bajo la almohada
del silencio
en el instante del crepúsculo,
junto el árbol de los ahorcados,
donde sangran dolor las amapolas.
-Di
Casandra,
tú que has aprendido a husmear
las bacterias
del cielo
¿qué mitad de mi ser
habrá de dar refugio
a mis múltiples ángeles caídos?-
lunes, 2 de marzo de 2015
El viento
"Es el viento
que azota las mieses;no temas"
-dijeron los buitres-
y seguí caminando y sembrando
palomas
y a mi espalda un puñal
y yo contando los labios del cielo
afilando la estrella más cercana
a mis manos
y las piedras del camino apuntando
a mis pies
a mis venas.
No temas:
es el viento tan solo
- me dije -
solo el viento azotando las mieses...
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