martes, 14 de marzo de 2017

Silencio



Juego a lamerte el alma,
a revelar la espina dorsal
de tu verdad,
y te acaricio
con preguntas anémicas;
temo tu adusta voz,
el acero cruento
de tus uñas clavándose
sobre el magma de alguna herida
abierta.

Desnúdate
para mí
esta noche:
te vestirán mis labios
con el altivo traje
de un poema.

Ah, pero tú sabes que me miento
al pensarte;
arde un latido oscuro en ti que apellida
una muerte prematura.
La bilis de tu aura enmudece
a menudo
mis manos,
que excavan, sin saberlo, un túnel
sembrado de serpientes.

Juega conmigo,
Silencio:
háblame en un lenguaje
indescifrable.

Demuestra al mundo
la banalidad de las palabras.



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