lunes, 24 de noviembre de 2014

Donde germina el verso



No me dueles, silencio

-Huía la palabra hacia el vórtice de su significado;
huía
fuego adentro, savia adentro,
hasta hundir su hígado en el alma de la transparencia-

No me dueles silencio.
Es ígneo tu esqueleto,
sus ramas,
palpitantes espejos
donde el alma
desdobla su rostro más profundo.

Palabra,
chirrían mis pupilas
cuando te saben muerta
y el vacío te arranca la costra de una estrella
para dorar su canto.
Desnúdame de arpegios
las vísceras del verbo,
bórrame de tu cauce la oquedad,
los insectos
del orgullo, la lira
de la nada.

Dame a beber la sangre
donde germina el verso.








2 comentarios:

  1. El silencio puede herir más que las palabras procaces. La ley del hielo hiere según de quién viene. Luego está el silencio como soledad, enfrentamiento arquetípico del poeta. Tras unos versos que empiezan desafiantes pero que pueden ser ambiguamente irónicos "no me dueles silencio", van apareciendo bellas imágenes poéticas; "el vacío te arranca la costra de una estrella", "desnúdame de arpegios", "insectos del orgullo".

    Mi abrazo querida Rosa, te invito a leer mi nuevo blog de cine;
    https://cinematuyograforecuerdosdecine.blogspot.com/

    Cristián.

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  2. Hola, Cristián:

    Gracias por dejarme tus impresiones sobre este viejo poema. El silencio asociado a la soledad nos enfrenta a nuestros propios fantasmas.
    En algunas épocas de mi vida cada poema que he escrito ha surgido de ese enfrentamiento, casi siempre doloroso, que es palpable en muchos de los poemas que puedes leer en este blog.

    Felicidades por tu nuevo blog. Me encantará leerlo.

    Un abrazo, querido amigo.

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