lunes, 11 de agosto de 2014

¿Sabes...?




¿Sabes?, ya no me importa
si esquivas mis pisadas,
si mis venas tendieron un puente
hacia el vacío
o  mis palabras fueron
esa mancha de tinta ensangrentando
la seda de tu alma.
Gracias por darles alas y plumas 

a mis huesos.
Gracias,
por ser el fiel guardián
de mis sombras más hondas.
Sólo quiero decirte
(perdona la desnudez del verso,
su ausencia de  campanas)
pero quiero que sepas
que lo que más deseo,
lo que me reconforta,

es que seas FELIZ.

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