domingo, 15 de junio de 2014

Una estrella




Me he tragado una estrella
para que no cegase los vocablos del cielo.
No conté con el fuego
perfundido en las vísceras,
no pensé que su grito de luz
pudiera trepanar los sesos del silencio.

Me he tragado una sombra
que me pesa cien tumbas,
una ausencia que duele
mil kilates de abismo.

Y este mar subterraneo
que tritura palomas y alquitrana cenizas.
Este mar que te nombra
bajo azuladas máscaras.
Este fondo que pueblan tus prisiones perfectas
donde un sueño abisal se desnuda
y nos sangra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario