lunes, 30 de junio de 2014

Tiempo disecado en memoria de versos















Tiempo disecado
en memoria de versos,
te husmeo en rastro tibio
de alas
en el sueño del viento

Cruzo  pueblos de puertas doloridas
de tinieblas en carne viva
de horas lentas como siglos
Dibujo vírgenes golpeadas
por el lápiz dormido de la infancia
y ángeles de fuego
que descalzan su ira
en los parajes del averno

Y me pienso en agujas incendiadas
en relojes limítrofes
en lirios atravesados por clavos
de destino
en mi lengua de  adormidera
que se vierte
en agria estirpe
de nombres- verbos- versos

Pienso en tu tierna sombra
de madre rota-herida
en el insomnio triste de ojos-cielo
que flotaba en las sedas del llanto
Pienso en ti
en tus manos perfectas
como almas
gestándose
en un vientre lúgubre de rezos

Pienso en el mar-tierra
del viento padre 
sosegando
toda sombra que crujiese
bajo sus huesos lúcidos
Lo siento
pronunciando mi nombre
en los altares de sus lámparas
Y palpo la pureza
de las adormideras
Persigo
el signo blanco tatuado sobre manos amarillas
que redime a golpe de dulzura
cada renglón salado
de mi primer 

y más agudo abismo.




miércoles, 25 de junio de 2014

Bajo el sol de la búsqueda



















Nunca creíste
en el peregrinaje de mis manos.

No imaginabas
que la palabra
se compone 

de sangre y de suicidios,
de raíces enfrentadas
elevándose al cielo
desde el nadir de la memoria
cada noche,
en cada huida interminable.

No sabías
que los silencios rumian
una cruz o un suspiro,

que en su garganta muda
hay arañas
tejiendo su milagro inminente.

Yo señalaba
con mi dedo una sombra
y tú veías mi dedo
sembrarse de escamas vírgenes
y credos.

No escuchaste
la canción del pirata
que asaltaba el hígado del cielo;
no oíste aullar al perro
que me olisqueaba el corazón
persiguiendo acaso
una pátina de luz
superviviente.

Mi lengua
desdentó la primavera
pero estos ojos no cesan de soñarla,
de tallar entre espinas
su matriz improbable
bajo el sol de la búsqueda.

lunes, 23 de junio de 2014

No toques esa música





 











No toques esa música:   "mañana"
no es vals para bailarlo sobre el asfalto crudo
cuando ha nevado tanto en las capas doradas
del silencio.
Los espejos nos miran y se duelen,
nos miran
disimulando su tristeza, sedan
esta sala de sombras
que envuelve nuestro cántico sonámbulo.



No toques esa música,
sus notas son abismos blancos,
horcas de fe vibrando sobre un pentagrama
impredecible.
Giremos y giremos sobre este viento único,
dancemos y dancemos bajo un cielo de sangre,
no elevemos 

el último solsticio del verano
a la enésima impotencia del presente.

Oh, amigo, no,
no toques ese saxo de espinas.
La Noche vendrá sin presentirla,
vendrá la luz inevitable y muda.
Solo esta faz tenemos
para mostrar al mundo,
estas cuatro paredes de certeza encapsulada
bajo las únicas tres letras del tiempo:
                                                                HOY.

domingo, 15 de junio de 2014

Una estrella




Me he tragado una estrella
para que no cegase los vocablos del cielo.
No conté con el fuego
perfundido en las vísceras,
no pensé que su grito de luz
pudiera trepanar los sesos del silencio.

Me he tragado una sombra
que me pesa cien tumbas,
una ausencia que duele
mil kilates de abismo.

Y este mar subterraneo
que tritura palomas y alquitrana cenizas.
Este mar que te nombra
bajo azuladas máscaras.
Este fondo que pueblan tus prisiones perfectas
donde un sueño abisal se desnuda
y nos sangra.

sábado, 14 de junio de 2014

Los diques del alma






No existen diques
que dividan el mar del alma
cuando las olas rugen
y enervan sus pupilas de plata
hacia un misterio azul
mucho más hondo
que su sangre de agua.

No hay cuchillo
que separe
las sombras de sus cuerpos
ni razones
que definan
estancias de sangre y carne
en el palacio de la dicha.

No existen adjetivos precisos
para definir una esperanza,
ni verbos
que fluyan
del pozo de sus venas
en raíces
de sol o de tinieblas.

No hay sueño ni deseo
que se multiplique en estrellas
en el cénit de su consumación.

No puede el corazón
sobrevivirse
al ser parido
en los verbos de la tierra.

Todo cuanto echa fuera
sus raíces de fuego
es cadáver de luz,
solo una sombra ténue
de su ser
reflejada
en la pálida voz de tinta
del Poema.

jueves, 12 de junio de 2014

Corazón de lágrima

 





















Niño de miel y sombras,
corazón de lágrima,
que imploras
a la noche
con acento de espina,
que limas
cada poro de  ausencia
con razones que sangran
por sus cuatro costados.

Niño que bebes
a tragos
versos de luz y llanto
y te entregas en carne de palabras
al fuego fatuo
de una esperanza huérfana.

Te diré
que has atado mi música
al latido incesante
de tus dedos de búsqueda,
que tu amistad
es viento
que impulsa mis arterias
a navegar sobre olas
más altas de esperanza
que intentan alcanzar
el cénit de sus sueños.

Que te espero en la orilla
de mi voz más profunda.

Que mis ojos se nutren
de pájaros de tinta
que vienen a lamer
las rosas de mi sangre.

Que eres faro en la noche
de un poema futuro.





martes, 10 de junio de 2014

Quise escribirte un poema de Amor

 


















Quise escribirte un poema de Amor.
Un poema de Amor
con mayúsculas,
de esos tan grandes, bellos y profundos
que tiñen de lujuria
las estrellas
y  nos visten con sábanas de luna;
de esos tan fieros
que abrasan los incendios del infierno
y quiebran la resistencia
de la rocas.

Quise escribirte un poema de Amor.
Lo intenté, lo juro,
pero mi manos
y su rebelde adolescencia
no sellaron un pacto
con  mi sangre:
se sentaron  al ras  de esta torpeza mía
y se burlaban, se burlaban...
mientras yo trataba
de cazar mariposas en la tarde
y cortaba
diez ramitas de luz
y las almidonaba de dulzura,

ellas seguían gritándome
"no sigas"
Y yo me lamentaba,
y seguía plantando
una cosecha cada vez más cursi de palabras.

Algo así, como:
"te necesito tanto".
"desde que te conozco
tiene sentido toda mi existencia..."

Tal vez añadiría
algo de sal o azúcar,
guindillas y limón para excitar la mente
del silencio,
una brizna de canela
o un vaso de tequila o de inocencia
para regar tan infantil delirio;
quizá baste una fogata  de ternura
en esta playa gris de las palabras
roídas
por el gusano del cansancio.

Tal vez
solo tu y yo
solos, desnudos

como un aliento vivo y puro.
Tú y yo...
sí,

eso solo bastaría;
quizás
un aquelarre de abrazos
y una manta acolchada de caricias
sobre el lecho profundo del Pronombre.

Quise escribirte un poema de Amor.
Y, ya ves, 
hoy solo es martes
y estoy agotada de lidiar con tanto abismo;
y el puto reloj de cuco
que no me deja soñar despierta con tu risa;
para colmo
hoy se estropeó la lavadora
del destino
y la soledad me pesa tres kilos más que ayer;
a mi corazón no le di cuerda a tiempo
y ya mi casa me está llamando a gritos,
y así no puedo,
así no sé escribirte,
y aquí, sobre esta llanura blanca y fría
que se abre ante los ojos,
ya sabes,
aquí
nada funciona.









 

jueves, 5 de junio de 2014

Se ha adherido el viento...



























Se ha adherido el viento
al corazón de las espigas.
La tarde
es un león dormido
reposando
la cuadratura de su alma
bajo las secuoyas del olvido.
En su corazón
cantan los pájaros del sacrificio
-Balas de silencio inconcluso,
balas de sangre encandenada
a la cenagosa arquitectura
del invierno-.

El viento se ha adherido
al corazón de las espigas,
domesticando un dios libre
entre mis manos.

Bajo el cielo de Marte
los guerreros del silencio
reposan
sobre el camposanto
de las palabras abortadas,
mientras mi voz se balancea
sobre el muelle del viento
como una espiga ígnea
que bañase de luz
la transparencia.

martes, 3 de junio de 2014

Insomnio


La mirada hasta el fondo del túnel.
La mirada
hasta el fondo del lienzo.
La mirada...

La mirada
se ha talado las venas.

Tic tac

Son las doce de anteayer
en mis ojos;
es el uno
golpeando las puertas doradas
con sus puños de arena.

Volad, dedos, volad
hacia el sol
como un Ícaro ingenuo.
Pisad los pies del ángel;
mancillad su temblor de azucena.
Que desande un abismo,
que vomite libélulas, astros.
Que arda
bajo la lluvia lenta.

Tic tac  tic tac

La niña ciega canta:


son las dos, son las tres
son las cuatro...
Dame tu mano, sombra:
ven,
baila conmigo
sobre el infierno blanco
.

Tic tac
¿no oyes?
El silencio ha parido relojes
de cansancio en mi lengua.
Al fin
ha estallado la música.

Descolgaré la luna
de su negro destierro.
Que la arropen mis sábanas tristes
Que la acunen tus huesos heridos.

Que el reloj de la fe
                            nos despierte.










lunes, 2 de junio de 2014

En las fosas del tiempo solitario























He de indagar
en esferas de quietud.
Beber el trino lento
de las aves del sueño
que reposan
su esencia alada
en las cubas
de la sangre.

He de instalar
mi sed
en abismos de luz
que centellean
un alba prematura
en las fosas del tiempo solitario.

He de acallar
las llamas crepitantes
en las turbias madejas
de la mente.
Beber un mar,
inmenso, etéreo, blanco
que embriague
de caracolas fértiles mi oído.

He de enredar en él
todas mis tumbas.
Oxigenar razones enfangadas.
Encender
un fósforo de enigmas
para alumbrarme con un eco
de pronombres.

He de expiar el llanto
de las flores
Limar esos abismos
que supura
la piel de la memoria
a cada invierno.

Y regresar
a estas hordas de tiempo macerado
con palabras de sangre
entre los dientes.
.

domingo, 1 de junio de 2014

El muro



 








¿Cuánto tiempo más
ha de seguir nevando
sobre esta primavera?
El muro 

se ha convertido en un anciano blanco, 
blanco...
ya peina canas de silencio eterno;
hasta los tímidos besos del sol
lo crucifican.


Intento quebrar su  código de piedra,
cortar las alambradas de su lengua,
pero es insensible a las muecas de mi sangre
y a mi voz ya no le quedan manos
que trepen más allá de la cordura.
Mi voz
es un hacha incorpórea
que tala la garganta de su grito.


Y más allá... ¿quién vive
que quisiera soñarte, voz?

¿quién vive?

A quién le importa
la dorada empuñadora
de este bastón de lamento
y exorcismos,
si tu palabra
no eres más que aliento
suicida,
puro vapor de ausencias
chapoteando a diario
en los charcos
del delirio.