sábado, 5 de octubre de 2013

Hay trenes...





Somos aves de paso
en la estación del tiempo;
tierra motriz
que viaja
sobre el tren de la vida
y hay vagones sellados,
clausurados
por ojos amarillos;
otros:
capillas ardientes
de palabras
donde velar
el último sueño ya difunto.

Hay trenes
que se cruzan al filo del abismo
y rescatan fragmentos de alma
y la transportan
de nuevo hacia la sangre.


Hay destinos
que toman cuerpo de azar
y eternizan su impronta
de amanecer o espada
en las aceras en sombra
donde dormitan los sueños
del viajero.

Hay destinos
creciendo en los arcenes
del camino
como plantas acuáticas
que alargan sus raíces
a las neuronas ebrias del hastío
y  siembran
de cuando en cuando
un billete de luz sobre la frente.

2 comentarios:

  1. Hay trenes y trenas y yo estoy más cerca de lo segundo que de lo primero. Interesante poema sobre esa aventura obligada llamada vida. Si, somos, "aves de paso en la estación del tiempo", pero el "billete de luz sobre la frente" sólo lo poseen los seres luminosos como tú, Rosa.

    Abrazos,
    Cristián.

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  2. A mí me llega tu luz, Cristián, a través de cálidas palabras.

    Gracias por llegar cada semana hasta mi estación e iluminarla.

    Abrazos, querido amigo.

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