domingo, 9 de junio de 2013








LA PARCA VIUDA

Vengo del sueño
del llanto
de toda hora..

del cenital silencio
a limpiarte de pétalos
el alma,
a suplicarte
la lumbre
de una lágrima rodante
desde el desfiladero 
de tu sangre,
que alimente
esta tristeza honda
que embarga
la seda de mis sombras.

Déjame
un pedazo de ti
para tejerlo a estas manos
que te hilaron
en huso de lágrimas
desde el vientre
de la Noche misma.

Niegas mi voz.
Desahucias este traje
de lluvia triste
que tejí para ti,
como una madre
fiel y negra
que te amparó en su vientre
de desdicha.

Como una amante muerta
de abandono,
me voy,
no sin dejarte
esta corona de rosas frías
en cada lápida
de tus múltiples fracasos
para que me recuerdes
cuando el viento azote
el tejado
de tu memoria esquiva.

Para que sepas
que no me fui del todo;
que habito
al fondo  de tus huesos
para beberte los pasos
y trazarte un destino
al final
entre mis brazos
de pobre parca viuda.

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