martes, 25 de junio de 2013
MONTEARAGÓN
Bajo una luz de siglos,
cosida tu silueta al horizonte
lloras, rey destronado,
tus palabras de piedra.
Dientes de siglos
molieron
los huesos de tu orgullo,
tu desolada lengua
de espadas y misterios,
tus guerreros de sombra
que custodian olvidos.
Ya no hay héroes ni tronos
ni épicas batallas
ni manos
que tallen en diamante
ese destino
de parda roca pétrea.
Tan solo la montaña
vela
tu insomnio centenario.
Solo el cierzo
te canta
promesas al oído.
Han bebido mis ojos
tanto tiempo
tu rostro
de vetusta tristeza
que echaste raíces
en mis pupilas huérfanas
y has vertido en mi sangre
la luz deshabitada
que planea en las copas
de la tarde
y seduce el silencio
de los pájaros,
y me enfrenta
día a día
a tu rostro
de dios vencido y firme.
jueves, 13 de junio de 2013
EL LENGUAJE DE LA LUZ
(Para Ángel)
Paseo mis ojos
por un espacio-tiempo detenido
sobre un lienzo de alma.
Persigo
el lenguaje
de la luz sumergida
en la carne ocre
de los árboles mudos;
en la corriente sideral del río
que modela
la certeza de las piedras;
en paisajes
que lloran lágrimas de niebla;
en el azul profano
instalado en el aire hondo
del misterio.
¡Enmudeced, palabras!
Sepultaos bajo la mano soñadora
que prolonga su pálpito
a la dimensión de las pupilas.
Diluid
vuestra sangre
sobre olas encendidas,
haceos luz;
vibrad
en la voz resucitada
en plenitud
sobre las cuerdas etéreas
del paisaje.
SOY MAR
Soy mar.
Y sangro
espuma de sueños
por mi boca.
espuma de sueños
por mi boca.
Sembrado hay en los genes
azules de mis huesos,
una lengua de arena,
un aullido de roca
que revive y explora
oxidados enigmas.
Elevo
un grito ronco,
una plegaria oscura
de lágrimas al cielo.
Los astros
me contemplan,
me hablan hondamente
en la noche
con la voz del silencio
y vierten
espejos encendidos
en mi faz más oscura.
Soy enigma
que golpea
con espuelas de rabia
sus cristales de fuego.
Vientre abierto a los peces
que pueblan
de tañidos azules
el alma.
Soy mar,
y me desbordo
en caballos de plata
que respiran poemas,
y tiemblan,
y llenan
de niebla las entrañas.
Sobre ríos que fluyen
por los pasillos lentos
de mis venas...
Ríos
que atraviesan
gargantas de latidos,
y buscan incesantes
una orilla dormida
para mecerla al viento,
y encender el aliento
de una tierra futura
con sus labios de llanto.
azules de mis huesos,
una lengua de arena,
un aullido de roca
que revive y explora
oxidados enigmas.
Elevo
un grito ronco,
una plegaria oscura
de lágrimas al cielo.
Los astros
me contemplan,
me hablan hondamente
en la noche
con la voz del silencio
y vierten
espejos encendidos
en mi faz más oscura.
Soy enigma
que golpea
con espuelas de rabia
sus cristales de fuego.
Vientre abierto a los peces
que pueblan
de tañidos azules
el alma.
Soy mar,
y me desbordo
en caballos de plata
que respiran poemas,
y tiemblan,
y llenan
de niebla las entrañas.
Sobre ríos que fluyen
por los pasillos lentos
de mis venas...
Ríos
que atraviesan
gargantas de latidos,
y buscan incesantes
una orilla dormida
para mecerla al viento,
y encender el aliento
de una tierra futura
con sus labios de llanto.
miércoles, 12 de junio de 2013
SER NADIE
Hazme añicos,
ignórame,
písame
la esperanza.
Bebe toda la savia
del árbol que me habita;
pero no me comprendas,
no vengas al rescate,
no limpies mis tinieblas.
No me puebles
de alondras imposibles
la noche.
Solo quiero
matarte
definitivamente,
destinarte al olvido
de un disparo certero.
Necesito
ser para ti un cadáver,
una sombra:
ser Nadie.
Un infinito cero
situado a la izquierda
de tu nombre de abismo.
lunes, 10 de junio de 2013
LA FLOR PURA
Entrégame
un ramo de misterio,
la flor pura;
el pan ácimo
de tus pájaros de sombra.
La raíz de tu llanto
enterrado
entre los dedos místicos del tiempo.
Y niégame la rosa,
su ígnea fiebre.
Esa piedra de fuego
para el alma;
la rosa,
que sangra
devorada por el beso letal
de sus espinas:
almizcle del aire
envuelto en odas de canto y espejismo.
Niégame
el aliento de las adormideras;
el opio de los labios
que se incendian
a las puertas de la piel,
y son después ceniza
que madura precozmente
las venas del otoño.
Dame un jarro de luz, un lirio blanco,
un vaso lleno de verdad
para beberlo a sorbos
y sedar esa lluvia de pozos detenidos,
que enfangará con sangre
los abismos
de todos nuestros ríos de silencio.
domingo, 9 de junio de 2013
BARCO FANTASMA
En el vientre
de la silente noche,
sobre las venas azules
del océano,
he visto
su contorno roído
por escarabajos de luz;
su grito verdeEn el vientre
de la silente noche,
sobre las venas azules
del océano,
he visto
su contorno roído
por escarabajos de luz;
de impasible fantasma
tanteando penumbras,
con las velas golpeadas
por un viento iracundo,
como crines
de un caballo de sangre
galopando entre sombras.
He visto arder
bajo la luna
su palidez de espectro,
fijado ya su rostro
por el hacha de la mente
en mi retina
a golpe de misterio.
-Ven a mi ser
en esta hora vagabunda
fuera del tiempo,
en este lapsus de la tierra,
a navegar en mis huesos ancestrales.
Ven
a surcar mares de astros,
a saquear
los puertos del olvido,
a bucear hasta el fin
bajo las lonas del fracaso,
como peces inflados
por los sueños-
En el vientre
de la silente noche,
sobre unas venas
de plata entristecida,
aún veo su silueta
recortándose
sobre el océano gris
de mi existencia.
LA PARCA VIUDA
Vengo del sueño
del llanto
de toda hora..
del cenital silencio
a limpiarte de pétalos
el alma,
a suplicarte
la lumbre
de una lágrima rodante
desde el desfiladero
del llanto
de toda hora..
del cenital silencio
a limpiarte de pétalos
el alma,
a suplicarte
la lumbre
de una lágrima rodante
desde el desfiladero
de tu sangre,
que alimente
esta tristeza honda
que embarga
la seda de mis sombras.
Déjame
un pedazo de ti
para tejerlo a estas manos
que te hilaron
en huso de lágrimas
desde el vientre
de la Noche misma.
Niegas mi voz.
Desahucias este traje
de lluvia triste
que tejí para ti,
como una madre
fiel y negra
que te amparó en su vientre
de desdicha.
Como una amante muerta
de abandono,
me voy,
no sin dejarte
esta corona de rosas frías
en cada lápida
de tus múltiples fracasos
para que me recuerdes
cuando el viento azote
el tejado
de tu memoria esquiva.
Para que sepas
que no me fui del todo;
que habito
al fondo de tus huesos
para beberte los pasos
y trazarte un destino
al final
entre mis brazos
de pobre parca viuda.
que alimente
esta tristeza honda
que embarga
la seda de mis sombras.
Déjame
un pedazo de ti
para tejerlo a estas manos
que te hilaron
en huso de lágrimas
desde el vientre
de la Noche misma.
Niegas mi voz.
Desahucias este traje
de lluvia triste
que tejí para ti,
como una madre
fiel y negra
que te amparó en su vientre
de desdicha.
Como una amante muerta
de abandono,
me voy,
no sin dejarte
esta corona de rosas frías
en cada lápida
de tus múltiples fracasos
para que me recuerdes
cuando el viento azote
el tejado
de tu memoria esquiva.
Para que sepas
que no me fui del todo;
que habito
al fondo de tus huesos
para beberte los pasos
y trazarte un destino
al final
entre mis brazos
de pobre parca viuda.
Baja, Poema
la Escalera del Tiempo.
Cruza los umbrales
de la Luz.
Desciende
hacia sus signos blancos.
Detente en su fulgor
de diamante.
Cuelga del tierno cuello
de la infancia
una flor sin espinas.
Sigue, Poema.
No detengas tu paso.
El cuervo acecha
sin desmayo
con ojos de hambre.
Tu sonrisa
es su cruz.
No te detengas.
No despiertes
al dormido corazón
que se aloja en el bosque
de tu rabia.
Fuentes
enormes como sombras,
fuentes como lágrimas
manan de su silencio.
El cuervo
puede cubrir
puede cubrir
un dolor intenso
con sus alas.
con sus alas.
No detengas tu paso, Poema.
La Tierra Prometida
No está lejos,
ni cerca.
Se halla enterrada
bajo el sueño de tus venas
y te aguarda...
DESNUDAR LA PALABRA
Quitémosle la piel
a la palabra.
Dejémosla desnuda
con su grito espinal,
con su cerebro al viento.
Quede en barbecho
la miel
que florece
de tarde en tarde
de sus tiernos cuchillos
para saciar el hambre
de nuestros ciegos ojos.
Dejemos que hunda
sus manos
en una espera honda,
que ilumine
las reverberaciones
de la muerte.
Que disipe
en alas de fuego
cada enigma.
Que arda
como violín de luz
entre las sombras
y apague
todo baile de máscaras
que camufla
las vetas de su alma.
Dejémosla vibrando
en el átomo febril
de sus anhelos.
Chupémosle los huesos
hasta el clímax.
Aspiremos su aliento
para embriagarnos
de Verdad,
hasta sabernos
vulnerables
al rayo
que fulmina
los gusanos que anidan
en los labios.
a la palabra.
Dejémosla desnuda
con su grito espinal,
con su cerebro al viento.
Quede en barbecho
la miel
que florece
de tarde en tarde
de sus tiernos cuchillos
para saciar el hambre
de nuestros ciegos ojos.
Dejemos que hunda
sus manos
en una espera honda,
que ilumine
las reverberaciones
de la muerte.
Que disipe
en alas de fuego
cada enigma.
Que arda
como violín de luz
entre las sombras
y apague
todo baile de máscaras
que camufla
las vetas de su alma.
Dejémosla vibrando
en el átomo febril
de sus anhelos.
Chupémosle los huesos
hasta el clímax.
Aspiremos su aliento
para embriagarnos
de Verdad,
hasta sabernos
vulnerables
al rayo
que fulmina
los gusanos que anidan
en los labios.
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