lunes, 7 de octubre de 2019

Espectro

   Cada vez que la miro
   me interroga 
   con su pálido silencio.
   No le importa el color de mi fatiga
   ni si el reloj apunta en ese instante a mi cabeza  
  con flechas  rigurosas.

   Presiente que anhelo su mágico tacto,
   que logrará reflejar casi toda mi sombra  
   en sus pupilas   espectrales
  
   “Ven...
    deletrea en mi cuerpo cada uno de tus sueños, 
    pisotea este letal vacío
    con dedos incendiarios.
    Sobre  mi piel tatuada de negras avenidas
    vibran flamantes signos 
    que se pliegan a los caprichos
    de tu voluntad”.
    
     Y mis manos se dejarán seducir 
     por su plástico tacto
     e irá gestándose, a golpe de palabras, 
    una  extraña criatura.

    Todavía no puedo adivinar
    la compleja mimesis de sus iris.
    Visualizo la luz enredándose en una piel de tinta,
     una sombra que escupe silencios
     a un espejo blanco...

    Morirá de otras muertes, sangrará
    en otras venas 
    y  brillará una gloria fugaz
    en su frente,
    antes de aletargarse para siempre
    entre las rocas de esa playa de olvidos 
   donde acaban naufragando
   los poemas. 

    
     

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