jueves, 26 de septiembre de 2019

Nostalgia

Nostalgia, vieja amiga:

Últimamente resbalas de entre mis dedos,
a pesar de que el reloj  sigue bombeando con tu música maldita
las esperas.
Existen evidencias que se filtran entre las raíces
de aquello que callamos veintitrés horas al día
para no despertar a los chacales.
Los retratos palidecen mientras nos  contemplan 
como a legajos petrificados de tiempo
sin memoria,
y hasta las sombras que nos interpretan
se destruyen en su absurda transparencia. 

No te he contado que entierro tu corazón
entre las cuatro insípidas paredes  de nuestra vieja casa,
que es la tuya.

Allá fuera,
la vida transcurre como siempre.
Laboriosas hormigas
recorremos imparables, las aceras 
grises e inhóspitas 
de una ciudad que casi nunca duerme.

No te he contado
que últimamente agonizan los bosques 
en el fuego de la ambición extrema.
A su funeral acuden vampiros
a roer ferozmente sus entrañas.

La ficción se pasea a menudo por las calles, 
sube a los estrados, a los púlpitos.
Se contonea en plazas y mercados
        donde incendiarias lenguas
estampan  palabras de oropel
en los oídos de la muchedumbre.


Yo, bien lo sabes, sigo conversando a diario con el dios 
de los pájaros.

He aprendido a no echarte de menos
 demasiado .

Convoco cada noche
a los perros del silencio, para que acudan a lamer
las ausencias,
mientras saboreo lentamente la espuma
del último poema de amor
que se ahogó para siempre en el mar 
  de mi garganta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario