lunes, 26 de septiembre de 2016

Sin mí




Amaneció sin mí.
Grillos inánimes brotaron
de su lengua;
un quejido de agujas taconeaba
el techo
del silencio.

Me levanté sin hacer ruido
para no delatarme,
evitando caer en el agujero negro
de sus ojos;
ni siquiera pudo rozarme su radiactiva 
pureza.
Y caminé arrastrada por carros
de inercia.
La calle devoró los últimos tiernos vestigios
de algún sueño
que me entregó la noche amante;
los pájaros callaron a mi paso;
hay  trenes que lloraban
un humo gris y lento.
No me atreví a preguntarle
por el olor a sombra
de los árboles.

Amaneció sin mí 
este día,
y así es mejor,
así no siento su lluvia de balas
en mi frente,
su catarata cósmica de aludes
resbalando febriles
por la pendiente gris
de mi conciencia.




4 comentarios:

  1. Rosa ,eres genial,me quedo fascinada con tus letras !!!

    Son una delicia !!

    Gracias por estar allí con tu mágica palabra.

    Abrazos

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  2. Graciela, muchísimas gracias a ti por ser tan generosa con mis intentos poéticos.

    Un gran abrazo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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