viernes, 25 de marzo de 2016

Moriembre


He tendido al silencio mi camisa de pájaros,
mi camisa de aullidos de paloma, la misma
que mostró abierto mi pecho uno de esos domingos
de Moriembre
entre las pseudorrisas del reloj fraudulento
y las copas de orín
del fracaso.

He tendido al silencio mi camisa de fiesta.
Junto a ella, mis pies domesticados.

También tendí su Ausencia, sí, su Ausencia
y mi ayer luminoso y mi cáustica mente
al sol de un son de invierno de un veintisiete y nadie.

La podredumbre duele, sabe a cáncer de sombras;
tiene un aire a relámpago
de papel couché,
tiene unos ojos dulces como de niño ciego,
ojos que no pueden mirar
el mar
de las palabras hechas de carne y de temblor.
Así que
no vengas hasta mí con dagas de penumbra, con violines tarados,
ni trampas para cíclopes.

Elyne se fue. Elyne, la del latido blanco, 
la de la roja risa...

Se la llevó Moriembre
y con ella se hundieron los melíferos barcos 
del ayer.
Ahora
pongamos sobre la mesa un vaso de certezas
amargas;
brindemos por la resurrección
de los peces suicidas, por la luz insondable
que agoniza tras el obsceno túnel cincelado
a golpe de silencios,
por las venas abiertas al sol de las ausencias
que jamás sucumbieron a esta guerra de máscaras.

2 comentarios:

  1. Obra Maestra Rosa, cómo explicar las sensaciones y emociones sentidas al leer tu maravilloso poema, tan cercano al lenguaje surrealista que amo, pero pasado por el tamiz de tu conmovedora personalidad. Cada vez más atrevida y libre, Rosa. Título genial, imágenes nítidas del subconsciente. Cómo se percibe la desilusión, el dolor, la decepción tras el original humor y sus inolvidables asociaciones; "pies domesticados" "ojos dulces de niño ciego" "guerra de máscaras" y "esas copas de orín del fracaso"...Qué acompañado me siento al leerte, hasta los muertos que me persiguen dejan de molestarme guardando silencio ante tu lectura.

    Mil abrazos,
    Cristián.

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  2. Y yo me siento acompañada por tus conmovedoras palabras y honrada con tu mirada honesta y profunda.

    Abrazos, querido Cristián.

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