jueves, 10 de julio de 2014
Los abecedarios del recuerdo
Daban las doce en punta
en los abecedarios del recuerdo,
daban las doce en punta
y sangraba el pecho
de diez campanas mudas.
Era tan grave el trance,
tan extremo ese gesto de morirnos
así,
cruzando a tientas
las vías de un silencio enmascarado,
desempolvando viejos trenes detenidos
largo tiempo
en las vísceras del llanto,
que anudábamos nuestras venas
a la desangelada sombra
de una estrella.
Tú llovías de improviso,
proyectabas el llanto
de tu alma tras los cristales blancos;
en mis dedos un grito, en tu cerebro pájaros
oteando los restos de un cadáver
de fuego.
Quisimos domesticar una lengua de agujas
para ahuyentar a las moscas fieras
de la muerte
tú y yo:
cada uno en un extremo de la cuerda
del miedo, cada uno
castrando mil suicidos con arpegio de esperas
sobre violines de luz
deshabitada.
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Un placer tu bella y profunda poesía. Me gustan las imágenes y el léxico, y por supuesto el sentir......Un saludo
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