sábado, 14 de octubre de 2017

Sobre flores amarillas




Me pides que libere al animal herido
en mi costado,
que embalsame su ira con viento y azucenas,
que arroje dócilmente en cada aniversario
lágrimas sobre flores amarillas.
Me pides que aborte la tormenta alojada
en las venas,
que salude con salvas al abismo, e injerte un rostro ingenuo y joven en las raíces
de nuestra identidad.
Olvidas el  “ Adiós” que jamás
fue pronunciado,
que jamás lo será,
la pregunta lanzada al aire que retorna como un eco sordo
a los labios,
labios
que frecuentan las polillas del insomnio cada noche y desgarran las uñas
de un “por qué”.
Pides y pides sin decir... y sin decir respondo, y me desnudo 
a medias silbando
una balada de grillos
a la noche,
embozando la palidez terrible de los días

bajo la austera manta del deber.

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