Alguien
dijo: "llaga"
y
en una misma sílaba engendró
la
cordura y la escarcha
y
las bautizó
con
el aceite del sacrificio.
Calma,
no
queda sangre, hermanos,
no
queda sangre ya para tantas espadas,
ni
carne
para
los leones
que
olisquean el festín de mis manos
vencidas.
Ved
aquí
La
bandera izada
palideciendo
al viento,
bailando
sobre su destino,
regenerándose
por
un mantra de olvidos.
Calma,
ya no
hay dolor,
no
hay dolor en las tumbas
del quejido.
Solo
hay silencio y nadie
sombra
y silencio
sin
espinas ni palomas
ni
vuelos.
Solo
paz y distancia,
solo
olvido
y pureza.
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