Mi mano

Mi mano se pregunta
por la mudez del aire
Interroga a las ondas del agua
Intuye marejadas 
bajo la piel de Dios
y certezas ahogadas tras la lengua
del vértigo
Busca su eternidad
en el país de un gesto
apenas esbozado
En una leve arruga sobre el amanecer
aposta sus legiones de luz

Mi mano se pregunta por su doble
y camina irradiándose algún cáncer azul
sobre su voz callada

Mi mano te contempla en silencio  desnuda 
sus lágrimas y sangra un pensamiento
hasta caer fulminada sobre su propio pálpito
mientras espejea ectoplasmas de luna
bajo tus diez cadáveres.

Ausencia

                                                                 

                                                                             (P. experimental)

AMAR GOtea NECróticas TARdes

ESpejea LAtidos AUSpicia ENCuentros Incenciarios

Amo

AMAR GOlosamente

NEgar Cada TARdanza

EScanciando LAbios AUllando Soles ENarbolando

Cánticos Improvisando Amaneceres.

ES NECTAR AMARGO LA AUSENCIA

Amarte remata mi tristeza.

Esfinge

Tenías razón:

el ratón roe las hojas subterráneas del aire

sin que le tiemble el pulso a la rama del árbol-escudo.

La Esfinge lo sabía,

sangró ayer siete mordazas

y preguntó por sus manos;

no respondí,

pero tú

reconociste al instante

el arcano color de su noche,

la paloma tatuada en la ingle del grito primero,

la glotis de los verbos 

que modulan un incendio

de estrellas.

Almas de metal

Mírame,
no dejes de mirarme:
creo que nací para tus ojos ciegos
o tú para los míos,
qué importa,
cuando la lluvia golpea el metal
de tu alma
o el viento 
nos besa la frente
e invade el carril de la nada
en el que nos hallamos, hermana;
¿sabes?
a veces olvido
que no somos sino  la silueta de un pájaro absurdo,
un grotesco pájaro
al que le negaron sus alas al nacer,
al que le pesa  la tierra que lo imanta
a una inmóvil eternidad y,
sin embargo,
cuando escucho los gritos de las aves que se posan 
en mi cerebro blanco
siento que soy  árbol y ellos mis frutos 
animales, y mi hueca existencia gira, hermana, gira 
y se expande hacia el cielo,
hacia este cielo 
que hoy nos abre sus brazos...

El camino

Era azul el iris de tu mano

lo recuerdo

era azul y proyectaba en la mía

su pupila más pura

El verde de la higuera mencionaba mi nombre

cuando el viento le hablaba

Era blanco el silencio cuando la tarde

se tendía a mirarnos

A veces

(raras veces)

veía a lo lejos dibujarse la silueta 

de la negrura

(aún la siento)

tan joven...

Poco sabíamos entonces de los pozos

que manan sombras lentas

de sus múltiplos ácidos

Ignorábamos

que el camino alargaba su espinazo de bestia

sobre las amapolas 

del destino

Que nos crecería un desierto de sal

sobre los huesos

´"Mañana será nunca"

susurraba la noche más profunda en mis venas

"Pronto sabréis

a qué sabe

el beso de la adelfa sobre un labio de infancia".

Bandera blanca

Alguien dijo: "llaga"

y en una misma sílaba engendró

la cordura y la escarcha

y las bautizó

con el aceite del sacrificio.

Calma,

no queda sangre, hermanos,

no queda sangre ya para tantas espadas,

ni carne

para los leones

que olisquean el festín de mis manos

vencidas.

Ved aquí

La bandera izada

palideciendo al viento,

bailando sobre su destino,

regenerándose

por un mantra de olvidos.

Calma,

ya no hay dolor, 

no hay dolor en las tumbas 

del quejido.

Solo hay silencio y nadie

sombra y silencio

sin espinas ni palomas

ni vuelos.

Solo paz y distancia,

solo olvido 

y pureza.

Ulises

Acaso lo soñé: 
mi patria oscura,
mi bandera de pálpitos, y tú 
Ítaca mía,
encallando frente a la deriva de mis ojos.

Lo soñé, pero al soñar ahogaba el mar, 
ahogaba el mar y se tragaba la distancia, 
y nadaba mi inconsciencia hacia tu cuerpo  
de musa, hacia tu nombre 
inmortal, 
hacia tu alma.